jueves, 4 de noviembre de 2010

Hito 2 Sistemas de irrigación Inca

El valle del Cuzco formaba el distrito metropolitano de la capital incaica, que comprendía zonas urbanas y rurales entrelazadas por numerosas acequias. Era un área aproximada de 18 km. por 6 km. Que corresponde a la cuenca del río Huatanay hasta la Angostura. Los incas ampliaron la cuenca natural al construir la acequia de Chinchero, que introducía al valle aguas desde fuera. Dentro del valle había muchas acequias integradas en varios sistemas o redes hidráulicos.



En la costa destacaron las hoyas y los extensos canales de irrigación tanto de superficie como subterráneos (acueductos). En la sierra los canales fueron de menor extensión; ahí la tecnología requería junto con el manejo del agua, el acondicionamiento de un terreno sumamente accidentado. El resultado fueron las terrazas o andenes, y en el caso de las zonas planas los waru-warus o camellones.
Los andenes: Los incas tuvieron una especial preocupación por encontrar formas para mejorar las condiciones del suelo para la agricultura. La variedad del clima y del territorio difícil, los llevaron a buscar soluciones diversas, y fueron muchas las formas que encontraron para hacer frente al problema. Entre las medidas más conocidas se encuentran la construcción de andenes, que durante el gobierno incaico se le dio una gran importancia. Aunque demandaban movilizar grandes cantidades de mano de obra, que el estado inca podía realizar con relativa facilidad.
Los andenes son terrazas agrícolas artificiales que sirven para obtener tierra útil para la siembra en las escarpadas laderas andinas. Permitían aprovechar mejor el agua, tanto en lluvia como en regadío, haciéndola circular a través de los canales que comunicaban sus diversos niveles, con esta medida evitaban al mismo tiempo la erosión hidráulica del suelo. Los andenes no sólo servían para el cultivo del maíz, sino para el cultivo de diferentes productos agrícolas, y aún para diferentes usos: para sembradíos, para evitar la erosión, para el lavado de la sal mineral.
Los andenes han merecido amplias investigaciones e inclusive se trata actualmente de reconstituirlos para beneficio de la agricultura. Ellos permiten cultivar las laderas empinadas de las quebradas y evitar la erosión producida por las lluvias.
La tierra acarreada en los andenes después de la construcción de los muros de piedra y del canal hidráulico que lleva el agua para el regadío desde el primer andén hasta el último, es labrada con la chaki-taclla o taclla, típico "arado" de pie indígena que es una herramienta para remover la tierra y para abrir huecos donde poner las semillas.
En la costa, algunos angostos andenes que carecen de agua y de canales de riego fueron utilizados como tendederos para secar algunos productos agrícolas como el ají (Capsicum sp.). Ejemplo de esto son los andenes que están detrás del edificio de Puruchuco en Lima. Otros como en Carquín, cerca de Huaura, servían para secar pescado.
Las Cochas: Para aprovechar el territorio del altiplano y adaptar la agricultura a las condiciones climáticas extremas que tiene esta región se crearon tanto los camellones como las lagunas artificiales o cochas. Las cochas son concavidades compuestas por varios surcos. El agua no debe empozarse más de un día, porque puede hacer que se pudran los cultivos. En sus bordes crecen pastos que alimentan al ganado. Esta tecnología es usada intensamente en la actualidad.



Los Camellones o Waru waru: Eran terrenos artificiales construidos en las riberas del lago Titicaca. Se trataban de montículos de tierra que permitían almacenar y aprovechar mejor el agua en lugares de frecuentes inundaciones a causa de las lluvias. Usaron una serie de técnicas agrícolas en los camellones, entre ellas, el trazado de surcos artificiales para dar protección a las plantas, facilitar el drenaje durante las lluvias, inundaciones, riego, como fuentes de abono y, especialmente, para disminuir el crudo frío nocturno en las alturas, evitando de este modo las heladas.
En tiempos pre-hispánicos se crearon en las punas las llamadas cochas o lagunas artificiales usadas para cultivar y para dar de beber al ganado. Estas lagunas pueden ser redondas, alargadas o rectangulares, y están compuestas por un gran número de surcos simétricos que recolectan el agua de las lluvias y la conducen entre los camellones de los surcos. El agua no debe empozarse más de un día por temor a podrir los sembríos. En sus bordes crecen pastos consumidos por el ganado que actualmente aprovechan las cochas abandonadas.


Sistemas de riego: Los conocimientos hidráulicos -canales y bocatomas-, permitieron la irrigación y el cultivo, especialmente del maíz. El litoral peruano se caracteriza por sus dilatados desiertos cortados por ríos que bajan por las serranías y cuyos caudales permiten el surgimiento de la agricultura. Los costeños fueron los mayores ingenieros hidráulicos pues se perfeccionaron y lograron métodos bastante sofisticados de irrigación, sobre todo los mochicas y más tarde los chimú. En el Cusco se canalizaron los dos riachuelos que atraviesan la ciudad, empedrando sus cauces y estableciendo puentes peatonales. Un ejemplo de la tecnología serrana es Cumbemayo, en Cajamarca, canal tallado en la piedra. La importancia de las obras hidráulicas se manifiesta en los numerosos mitos que cuentan los orígenes de dichas obras.


Enlaces
S.HERBONDY, Jeanetre E.
1969 “El regadío en el área andina central: ensayo de distribución geográfica”,
Revista Española de Antropología Americana: pag.132.

1987 “Organización hidráulica y poder en el Cuzco de los incas
Revista Española de Antropología American: pág. 118.

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